sábado, 3 de noviembre de 2007

En la Argentina ganó la mezquindad
MicroAnálisis malintencionado


Vivimos en la “Sociedad estadísticamente controlada”…
en la “sociedad de las capacidades especiales”.
Jean Baudrillard

Atravesados por multiplicidad de mensajes, los sujetos humanos aparecemos carentes de preguntas, salvo frente a la urgencia. Aquí y allá, aún donde no deseamos que estén, las noticias aparecen. Circulan permanentemente y no se adhieren a nada. Pero pocos las cuestionan. Abrir preguntas no es un “deporte contemporáneo” popular. Más bien parecería ser considerado un ejercicio de soberbia intelectual, como alguna vez aseguró un militar argentino.
Pero, hagámonos preguntas y que se diviertan quienes juzgan.

Abajo es como… La primera cuestión a considerar es bastante conocida y ha sido aprobada o vilipendiada: ¿tienen los países los gobiernos que se merecen? La segunda deviene del ideario filosófico hermético tradicional y sugiere ¿es arriba como abajo, es abajo como arriba? Interrogaciones que sin duda tienen, por lo menos, una sutil relación. Ya que, por ejemplo, si las respuestas a cada una fuera afirmativa, sin duda los países tienen los gobiernos que se merecen siendo constitutivamente similares a los pueblos respectivos, en virtudes y defectos.

Mañosos son. Una semana antes de la elección general a jefe de Gobierno de la Argentina, realizada el 28 de octubre pasado, fue difundido un sondeo revelador. El 70% de las personas consultadas dijo no tener interés en la política y sostuvo no prestarle atención a la campaña de los candidatos.
En el mismo sentido “desinteresado”, los principales candidatos –unos 5 de los 19 que se atrevieron en la carrera electoral argentina-, obviaron referirse a problemas altamente preocupantes para la población. Tal falta se sintetizó en los temas “seguridad, inflación, sistema de salud y educación”. Cuestiones absolutamente básicas y en estado de desastre generalizado.
Pero el votante (27 millones sobre unos 39 millones de habitantes), padece algunos de los peores vicios humanos. Y observando críticamente su comportamiento es posible contabilizar y definir 10 mañas (Clickee en el link política debajo del título de esta entrega). Perfil que se resume en las siguientes características: es temeroso de lo político, criticón del Estado al que recurre cuando le conviene, inestable y elitista, algo xenófobo, es también mezquino e hipócrita (cuando el gobernante elegido hace las cosas mal, nadie se hace cargo de haberlo votado). Además carece de interés por las ideas políticas, piensa en el corto plazo y no en el futuro… es consumista. Algunos adosan estas “cualidades” al sujeto posmoderno.
O sea: hoy el sujeto político (como califica al ciudadano la Ciencia Política), ha mutado en “consumidor democrático” (como lo recalifico yo). Vota como un conservador más, atado a la situación económica coyuntural. Es alguien que espera que su voto tenga el reconocimiento económico que puede tener un voucher.

Arriba es como… Si el principio de correspondencia existe, sin duda esta región es un ejemplo. Lo que no quiere decir que no sea así en otras latitudes de este planeta mundializado (o globalizado si se prefiere). Así como existe desinterés por el destino político de la Argentina en el 70% de las personas, a los gobernantes no les importan los 10 millones de personas que viven en la pobreza. Los que (no) paradójicamente votan al oficialismo.
Pero considero que se trata de un fenómeno global. Estimo que es el triunfo de las “democracias oligárquicas occidentales”, según definen los especialistas más críticos. Más allá de algunos datos positivos que pueda aportar la gestión de Kirchner en el país austral, el perfil del votante se cristalizó en el apoyo a un aparente fortalecimiento económico. Lo que aportó un rápido enriquecimiento de la burguesía local, fuga al exterior de la rentabilidad de las compañías transnacionales, un escenario en el que las pymes locales han comenzado a carecer de proyección futura, luego de un período de crecimiento… etcétera.

La mezquindad. Un dato que confirma el egoísmo del votante nacional es el rechazo a la cívica tarea de ser autoridad de mesa: de los 20 mil convocados prácticamente el 50% desistió de participar. Lo que muestra un sórdido desentendimiento republicano.
Pero hay más: en estas elecciones concurrió a votar un 72,75% del padrón electoral. Es el registro más bajo desde 1928, año en que concurrió a las urnas el 80,85% de la población.
Pero además, se ha sumado el comportamiento general de las autoridades, con una posición refractaria respecto de las acusaciones de todos los partidos opositores sobre irregularidades. Nunca en la historia de este país hubo tantas denuncias de los ciudadanos sobre la desaparición y destrucción de boletas electorales durante los comicios. Desde 1983 que no se produce una certeza de que abundaron las irregularidades en miles de mesas electorales en los centros urbanos más poblados del país. Una situación sobre la que se espera que se pronuncien la justicia electoral y los veedores internacionales.
También hubo menos votos positivos y más votos en blanco e impugnados.

Arriba y abajo. Sí. Arriba y abajo se corresponden, están en “intima relación”. Pese lo que nos pesen a los sujetos humanos, nos está ganando la desnutrición orgánica, corporal, intelectual y espiritual (si esto es posible). Así es abajo… Arriba se “traduce” en anomia conceptual; muta en gestión puramente económica del Estado…
… en beneficio sesgado.

© Ricardo Duró
Noviembre 03, 2007



Tomo el comentario 1.

Estimado Gastón
Quizás sea yo tan mezquino como cualquier argentino. Pero lo dudo. Como podrá ver en
http://www.delailusion.com/ y en este blog, soy pródigo en ideas y las pongo a disposición de la comunidad humana. Y el único costo que implica para el lector es “pagar con aceptación que no soy condescendiente” con sus pensares establecidos.

Pero lo más importante será responder a los cuestionamientos que me hiciera en su post:
“El triunfo de la señora de Kirchner…. Cómo sostener el calificativo mezquindad”…

Porque considero al elector argentino mezquino, es que evalúo que ha ganado la mezquindad. Y la personificación en Cristina Fernández es la justa. En política se es mezquino o se es un fracasado. Ninguna instancia altruista tiene éxito. Dar, en política, es perder el poder. Ningún político, conocedor de las arenas del Poder puede ser bondadoso. El ámbito de la política contiene similares condiciones de crueldad a las que se dan en la existencia y la selección de las especies, sean estas orgánicas o inorgánicas.

Por otro lado, los electores no votan a políticos buenos, sino a los exitosos. Podrá decirse que el caso de la farmacéutica Fabiana Ríos, nueva gobernadora de la provincia argentina de Tierra del Fuego me contradice. Pero no es más que una excepción. Y aún no sabemos si la farmacéutica Ríos es bondadosa o es una política cabal. No sabemos que está esperando la mezquindad de los electores: quizás algunas dádivas mayores a las recibidas del anterior mandatario.

“Improvisación clara y progresista”…

No dudo de la capacidad oratoria de la nueva Presidenta argentina. Tampoco de su retórica. Y menos de un cierto tufillo a doble discurso; en el que parece también continuar al marido. Recientemente, en mi columna de Comunicación y análisis político por televisión hablé de un gobierno A4M: a cuatro manos. Próximamente estimo que agregaré que es, también, un “gobierno de doble lengua”.

En cuanto al supuesto progresismo poco hay que analizar: no existe. Pero no solo aquí, en la Argentina y con el gobierno actual. No existe en el mundo. Todo tiende al centro, todo a la gobernabilidad, todo al show mediático. Sostengo hace varios años que gobernar es liderar el deseo público, eso llamado “opinión o interés público”. Un deseo, un interés-deseo, que si no se conoce se inventa, se crea. Sobre las bases del mensaje cinematográfico (¿televisivo?) que ha triunfado como imagen paradigmática de lo que sería vivir: The Hollywood Style Life, como podría decir Lipovetsky*

Veo que todos y cada uno de los “actores” de la política, en puestos de gobierno prominentes y en casi todos los países, son exactamente esto: “actores”. Todos cumplen con el rol elegido - encomendado y descrito en el guión o libreto de cuyos autores poco se sabe.

Gracias por su contacto.
Atentamente.

© Ricardo Duró
Diciembre 22, 2007

http://www.clarin.com/diario/2007/12/20/opinion/o-03301.htm *